jueves, 2 de mayo de 2013

EL MIEDO ES UN DISFRAZ. Hänsel y Gretel en el Teatro Sanpol de Madrid. Crítica.

EL MIEDO ES UN DISFRAZ
Hänsel y Gretel en el Teatro Sanpol de Madrid
Crítica
- Beatriz Velilla -
           
Los pasados 20 y 21 de abril los niños y niñas de Madrid pudieron disfrutar del espectáculo de teatro infantil “Hänsel y Gretel”, de la compañía La Bicicleta,  versión dramática y producción de Julio Jaime Fischtel, una nueva versión musical sobre el famoso cuento de los hermanos Grimm, con dirección de Ana María Boudeguer e interpretada maravillosamente  por Enrique Lestón, Georgina Cort, Begoña Alvarez, Quim Capdevilla y Víctor Benedé.
            Se aplauden también el diseño de iluminación, a cargo de Nicolás Fischtel, y la espectacularidad de su escenografía, tan sorprendente como bella, de Pablo Almeida.

Fuente: http://www.teatrosanpol.com/hansel2013.htm
            La compañía La Bicicleta, perteneciente al Teatro Sanpol, -único en España que dedica toda su programación a la infancia y la juventud-, es especialista en ofrecer espectáculos destinados al público infantil, desde las historias clásicas hasta las más desconocidas.
            Si bien esta vez se ha versionado un clásico -Hänsel y Gretel-, la adaptación se ha hecho de forma innovadora, usando la música –de Miguel Tubía-como hilo conductor de una trama que, aunque basada en la fábula original, dista de provocar en los niños el miedo que causó en muchos de nosotros -nacidos con la muerte del franquismo- aquella historia cruel en que una horrible madrastra abandonaba en el bosque a los hijos de su marido, un pobre leñador, por no poder alimentarlos.
            A pesar de que la crisis financiera actual, transformada ya en crisis social, hace que la realidad supere trágicamente la ficción, y de que miles de ciudadanos hagan cola frente a los bancos de alimentos, o que decenas de ellos, asfixiados por los problemas económicos tengan que abandonar a sus hijos a las puertas de los colegios y ONG –como está ocurriendo en Grecia-, en este espectáculo el final es esperanzador: la familia se reúne adoptando incluso a un miembro más, un burro que, por lesionado y no servir para la carga, fue abandonado por el granjero.
            Así, aunque todavía la madrastra del cuento sigue siendo mala malísima, y los niños no parecen haber aprendido aún que no deben marcar un camino tirando migas de pan… se agradece enormemente el positivismo y musicalidad de la versión del Sanpol, y especialmente su mensaje final:
El miedo es un disfraz
que el sol se pone por la noche
para darte un susto
y en verdad solo pretende
reírse de ti.
            La recuperación de este musical infantil por parte del teatro Sanpol (Premio Nacional de Teatro para Niños de la AETIJ), coincide con la celebración en Alemania del Año Grimm, por el bicentenario de la publicación de los cuentos recopilados de estos grandes de la literatura.
Ilustración de Ludwig Richter
Fuente: Mein erstes Märchenbuch, Verlag Wilh. Effenberger, Stuttgart, end of the 19th century.

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