sábado, 16 de marzo de 2013

Gestos para nada




Gestos para nada. Muestra final de 4º de Interpretación Gestual.
Creación e interpretación: Albano M. Matos, Adán Coronado, Julia Fournier, Víctor Algra, Lucía Astigárraga, Laura Salido, Julia Nicolau, Fernando Martín, Carlos Mendoza de Hevia, Sofía Cruz, Manuela Morales, Pablo Gallego, Cyprien Rausis y Sara Gilsanz.
Coordinación y dirección: Sol Garre.
Colaboraciones: Malgosia Szkandera, Miguel Tubía, Tano Astiaso, Elisa Cano y Cristina Domínguez.
Martes 19 de marzo a las 17h.
Miércoles 20 de marzo a las 17h.
Jueves 21 de marzo a las 11h.
RESAD de Madrid. Avda. Nazaret 2.


O gestos para todo. Gestos para nada es el título del montaje de final de carrera del grupo de 4º de Interpretación Gestual, coordinado y dirigido por la Profesora Sol Garre. Se estrenará el próximo martes 19 en la Sala Valle-Inclán de la Real Escuela Superior de Arte Dramático. Pero bien podría haberse titulado Gestos para siempre. Porque de momento llevan dos fructíferos pases generales con público y quedan detalles técnicos por ultimar, como las luces. Pero la cosa promete. Y mucho.

Catorce proyectos personales creados, escritos e interpretados por un grupo de actores y actrices a punto de graduarse y abandonar definitivamente la escuela. Catorce proyectos llenos de historias, de encuentros y aprendizaje: el de los cuatro últimos años.

Una de las especificidades más importantes dentro de la creación literaria contemporánea ha sido la irrupción de lo autobiográfico como un inagotable filón creativo. La utilización de materiales de la propia vida agitados y remezclados aporta interesantes resultados para la ficción. Lo observamos, también, en el teatro. El dolor, el amor, el temor... Sentimientos y experiencias que podrían explicar la mayor parte de las conductas humanas, se convierten en el motor creativo de Gestos para nada.

El montaje tiene un carácter necesariamente fragmentario, a merced de los diferentes proyectos. Uno de ellos, La puerta, de Albano Marrero Matos, sirve como hilo conductor -algo insuficiente, quizá, como tal- hasta que llegan los minutos finales del espectáculo. Hasta entonces, los pequeños montajes van turnando a las actrices y a los actores en el protagonismo de la escena. En muchos casos, rodeadas de sus compañeros.

Cabe destacar la belleza de La ducha, la pieza acuosa y doliente de Manuela Morales; la fuerza de Bloqueo, de Julia Nicolau y su escalera, y de a saudade de Sin título, de Fernando Martín. La poesía y la técnica de Heroin, de Laura Salido. La generosidad y la madurez de Crisálida, de Julia Fournier (que desaparece, literalmente, tras su mariposa-títere). O la magia de El columpio, de Sofía Cruz, y de Si te dijera, de Pablo Gallego.

Son solo algunos ejemplos. Hay catorce mundos distintos sobre el escenario; catorce mundos llenos de recodos, de colores y también de oscuridad. Luces y sombras, miedos y soledades compartidas por espectadoras y espectadores, todavía no muy numerosos antes del estreno pero que aplaudieron con ganas al final.

Y es que el final, justamente, es ese instante en el que lo que se hace sobre la escena se convierte en TEATRO (escrito con mayúsculas), en juego e historia de grupo que vive y convive desde hace mucho tiempo. En la última escena recuperamos instantes de todos los proyectos, imágenes fugaces que vienen a cooperar en el montaje de Pablo Gallego (Si te dijera, que de esta forma bien podría haber servido de título para todo el espectáculo), y que cierran así un largo montaje de tres horas, y otro más largo y más emocionante aún de cuatro años.

Es muy recomendable pasarse por Gestos para nada, la próxima semana. Una cita obligatoria. Porque sin duda el espectáculo se va a ir cuadrando, ensamblándose sus diversos fragmentos y biografías, y el resultado va a crecer. Y cuando llegue el jueves, en su última función, será enorme. Enorme y emocionante. Como sus ocho creadoras, como sus seis creadores. Que dicen adiós a las aulas de la forma más profunda, honesta y generosa sobre un escenario.